El simbolismo era enorme, al surgir de Londres la decisión. El Reino Unido, el país a quienes muchos atribuyen la responsabilidad histórica de haber sembrado a principios del siglo XX un avispero en Oriente Próximo, ha reconocido este domingo formalmente al Estado palestino, al frente de toda una cascada de naciones que han decidido dar también ese paso. Este mismo domingo, Canadá y Australia han oficializado que también reconocen al Estado palestino. Portugal tiene previsto hacerlo también en breve.

Keir Starmer no es alguien dado a dejarse llevar por la pasión. Tanto sus decisiones, como sus rectificaciones, son ejecutadas con la frialdad y el método de quien fue abogado y fiscal antes que político. El primer ministro anunció a finales de julio que daría el paso histórico de reconocer el Estado de Palestina si Israel no cumplía de inmediato una serie de condiciones que incluían el fin de la hambruna en Gaza, un alto el fuego en la región y el compromiso “con un proceso a largo plazo que concluya con una solución de dos Estados”. Starmer ha llegado a la conclusión de que nada de esto ha ocurrido, y este domingo ha anunciado una decisión cargada de peso geopolítico.

Downing Street ha publicado un comunicado por vídeo del primer ministro en el que el líder laborista ha defendido “el derecho inalienable del pueblo palestino” a tener un Estado, así como “la responsabilidad moral de actuar” que tiene la comunidad internacional, ante el agravamiento de la ofensiva del Gobierno de Benjamín Netanyahu y sus oídos sordos a las peticiones de una pausa en el conflicto.

“El creciente e incesante bombardeo de Gaza, la reciente ofensiva, la hambruna y la devastación son absolutamente intolerables. Decenas de miles de personas han sido asesinadas, incluidas miles que solo intentaban obtener agua y comida. Esta muerte y destrucción nos horroriza todos y debe parar”, ha exigido Starmer.

“Ante el creciente horror que presenciamos en Oriente Próximo, hoy, para revivir la esperanza de la paz y de la solución de dos Estados, digo claramente, como primer ministro de este gran país, que el Reino Unido reconoce formalmente al Estado de Palestina”, ha proclamado el primer ministro británico.

El reconocimiento de Palestina ya no tiene marcha atrás, y se ha adelantado al de otros como el del francés Emmanuel Macron, que tendrá lugar oficialmente la semana que viene, durante la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebrará en Nueva York.

A pesar del cálculo y la frialdad con que Starmer ha acabado adoptando su decisión, el primer ministro ha callado las voces de los sectores más críticos de su partido, que desconfiaban de un anuncio que venía acompañado de condiciones.

El primer ministro ha señalado en su discurso que la situación en Gaza “ha empeorado significativamente en las últimas semanas”, y ha descrito como “intolerables” las imágenes de hambruna y sufrimiento que se ven en la Franja.

El Reino Unido, el país bajo cuyo mandato creció la causa sionista en Palestina, responsable de la Declaración Balfour, que alentó la creación de un “hogar para los judíos” en aquella región del mundo, impulsa ahora con su decisión, y todo el simbolismo que acarrea, una estrategia de respuesta a Israel ya avanzada por otras naciones: España, Irlanda o Noruega ya han reconocido el Estado de Palestina. Francia ha anunciado su decisión irrevocable de hacerlo durante la Asamblea General de la ONU.

Mensaje contra Hamás, respuesta de Israel

La decisión de Starmer supone un giro respecto a la postura histórica del Gobierno del Reino Unido, que siempre ha defendido la solución de los dos Estados, pero entendía que el reconocimiento de Palestina debía ser el último paso de un proceso de negociación y cesiones mutuas.

El Gobierno británico sabe que la medida provocará la ira de sectores conservadores, de las familias de los rehenes que siguen retenidos en Gaza, del Gobierno israelí (que considera el reconocimiento un modo de recompensar el terrorismo de Hamás) y, sobre todo, de Estados Unidos, el aliado más fiel de Netanyahu.

Para transmitir un mensaje de calma a todos ellos, Starmer ha insistido en su dura condena a Hamás, y en señalar que sus exigencias a esta organización siguen siendo “absolutas”: la entrega incondicional de los rehenes y un alto el fuego inmediato.

“Déjenme ser muy claro: Hamás es una organización terrorista brutal, y nuestra visión de dos Estados representa exactamente lo contrario de lo que ellos simbolizan”, ha dicho Starmer.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que esperaba la decisión de todos estos países, ha vuelto a definirla como una “enorme recompensa al terrorismo” y ha adoptado un tono de reto: “Tengo otro mensaje para vosotros. No sucederá. No se creará un Estado Palestino al oeste del río Jordán”.

La clave, sin embargo, reside más que en la respuesta de este domingo en la decisión que Netanyahu ha adelantado que tomará dentro de unos días, después de visitar a Trump en Washington. En resumen, la anexión de Cisjordania con la bendición de la Casa Blanca. La decisión tiene el respaldo de gran parte de su partido, el derechista Likud, y, por supuesto, de sus ministros ultranacionalistas. Bezalel Smotrich, el titular de Finanzas y con gran peso en las decisiones de -Gobierno, pide la anexión para “eliminar definitivamente de la agenda la idea insensata de un Estado palestino”. Ha propuesto quedarse con el 82% de Cisjordania. Es decir, la mayor parte del territorio y el menor número posible de palestinos, que se concentran en las ciudades que quedarían fuera.

En Israel, el rechazo no se limita a la derecha política. De hecho, todos los partidos judíos del Parlamento votaron el año pasado en contra de la creación de un Estado palestino.

En Ramala, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, aplaudió el anuncio como un “paso importante y necesario para hacia una paz justa y duradera”, informa Antonio Pita.

Cascada de reconocimientos

Canadá y Australia, que también anunciaron, como Portugal, ese reconocimiento, lo han hecho oficial también este domingo. El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha afirmado en un comunicado que “Canadá reconoce al Estado de Palestina y ofrece su colaboración para construir un futuro pacífico tanto para el Estado de Palestina como para el Estado de Israel”. “El reconocimiento del Estado de Palestina, liderado por la Autoridad Palestina, empodera a quienes buscan la coexistencia pacífica y el fin de Hamás. Esto no legitima en modo alguno el terrorismo, ni supone ninguna recompensa por él”, ha afirmado Carney.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, ha afirmado en un comunicado que el reconocimiento forma parte de un esfuerzo por reactivar el impulso hacia una solución de dos Estados que comience con un alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes retenidos allí, según ha manifestado Albanese en la declaración conjunta con la ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong. Hamás no debe tener ningún papel en Palestina, afirma la declaración.

El Gobierno portugués tiene previsto también sumarse a la cascada de reconocimientos de este domingo, aunque todavía no ha hecho el anuncio oficial. La decisión fue anticipada el viernes por el Ministerio de Asuntos Exteriores y confirmada este domingo por el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa.

Rebelo de Sousa ha afirmado que la decisión del Gobierno tiene su “pleno apoyo”, ya que representa a su juicio un mensaje de “moderación” en favor de la solución de dos Estados frente al “radicalismo”, informa Tereixa Constenla. Rebelo de Sousa, conservador, ha explicado que aunque el Gobierno de Luís Montenegro es quien tiene plena competencia en este asunto, el Ejecutivo ha estado “en constante contacto” con la Presidencia y ha tenido en cuenta otras “recomendaciones” planteadas desde el Parlamento, informa la agencia de noticias Lusa.


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