La escalada verbal entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, ha alcanzado un nuevo punto álgido. Con una publicación este domingo en su red social Truth, el mandatario republicano ha acusado a Petro de ser “un líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas, tanto en campos grandes como pequeños, por toda Colombia”.

La relación entre ambos líderes no atraviesa su mejor momento desde la semana pasada, cuando Trump ordenó, en una operación militar extrajudicial, bombardear un submarino de poca profundidad en las aguas del Mar Caribe que presuntamente transportaba un cargamento de droga. El republicano aseguró que se trataba de una narcolancha procedente de Venezuela, donde ha declarado la guerra a los jefes del narco.

Pero Petro sospecha que el ataque se produjo en aguas colombianas y que el submarino estaba tripulado por ciudadanos de ese país. De hecho, uno de los supervivientes del ataque del ejército estadounidense es colombiano y el otro ecuatoriano. Ambos han sido extraditados a sus países, según anunció este sábado Trump. Petro confirmó que ya había recibido al colombiano: “Nos alegra que esté vivo y será procesado de acuerdo a las leyes”, escribió en sus redes sociales.

El intercambio dialéctico entre ambos líderes ha escalado la tensión entre dos países con una estrecha relación comercial. Washington es el principal socio comercial y militar de Bogotá. “[El narcotráfico] se ha convertido, con diferencia, en el mayor negocio de Colombia, y Petro no hace nada para detenerlo, a pesar de los pagos y subsidios a gran escala de Estados Unidos, que no son más que una estafa a largo plazo”, ha escrito Trump este domingo. “A partir de hoy, estos pagos, o cualquier otra forma de pago o subsidio, dejarán de hacerse a Colombia”, ha amenazado el republicano.

La víspera, Petro denunció que la embarcación era colombiana y que el ataque “presumiblemente” ocurrió en aguas de su país. El mandatario se acía eco de un informe de RTVC, el sistema de medios públicos. “La lancha atacada el 16 de septiembre era colombiana, tenía un motor arriba en señal de daño y estaba apagada, presumiblemente estaba en aguas colombianas, quien estaba allí era un pescador que no ha vuelto a su casa. Alerta a la Fiscalía General de la Nación”, escribió en X, sin detallar el alcance de esa instrucción o si se refería a una sola embarcación. Poco después, añadió que funcionarios estadounidenses “han cometido un asesinato y violado nuestra soberanía en aguas territoriales”. “Esperamos las explicaciones del Gobierno de los EE UU”, concluyó. Ya antes había hablado de “indicios” de que “la última lancha bombardeada era colombiana con ciudadanos colombianos en su interior”.

El líder colombiano ha sido ha sido desde el primer momento un crítico muy vocal del despliegue militar estadounidense en el Caribe, a pesar de los riesgos de deteriorar aún más sus relaciones con Washington, que atraviesan un momento complicado. “Petro, un líder poco reconocido y muy impopular, un bocazas sobre Estados Unidos, debería cerrar estos campos de exterminio [de producción de droga] de inmediato, o Estados Unidos se los cerrará, y no lo hará de una forma amable”, ha escrito Trump en su red social este domingo.

El pasado miércoles, el presidente estadounidense reconoció que había autorizado “acciones encubiertas de la CIA” en territorio venezolano, una decisión que recuerda a los años del intervencionismo de Washington en Latinoamérica, durante el último tercio del siglo pasado. Dos días más tarde, el viernes aseguró: “Hemos atacado un submarino. Estaba diseñado especialmente para el transporte masivo de drogas. Es solo para que lo entiendan. No era un grupo de personas inocentes. No sé cuánta gente tiene submarinos”.

La Administración de Trump ha declarado la guerra contra las bandas venezolanas del narcotráfico. En total, se han conocido seis operaciones de Estados Unidos contra embarcaciones que navegaban próximas a las costas de Venezuela, que han dejado 30 muertos. La Casa Blanca ha calificado estas operaciones como “actos de guerra”, pese a que contradicen tanto los principios del derecho internacional, como los del ordenamiento jurídico estadounidense.

En las antípodas ideológicas y ambos muy activos en las redes sociales, Petro y Trump ya han chocado de frente en más de una ocasión. El episodio más grave hasta ahora se había producido a principios de año, cuando se enfrentaron por los vuelos de repatriación que el colombiano rechazó en un primer momento por lo que consideraba un trato indigno con los deportados que viajaban esposados. En ese entonces, la amenaza arancelaria del republicano asomó a la economía colombiana al precipicio, pero la crisis se resolvió en menos de 24 horas.

El Gobierno de Colombia viene de sufrir la temida descertificación de Washington en la lucha antinarcóticos, aunque hasta ahora había esquivado las peores sanciones. La visa de Petro, además, fue revocada el mes pasado después de lo que el departamento de Estado calificó como “acciones imprudentes e incendiarias” durante una protesta a favor de Palestina en Nueva York. Después de haberse dirigido a la Asamblea General de las Naciones Unidas, con un discurso en el que cargó contra Trump y propuso “una fuerza armada para defender la vida del pueblo palestino”, Petro participó en una manifestación para repudiar las acciones del Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu. En las calles de Nueva York, megáfono en mano, exhortó a los soldados estadounidenses a desobedecer las órdenes de Trump para obedecer “la orden de la humanidad”.

source

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *