Después de tres años de pruebas, el portaaviones Fujian, el buque de guerra más avanzado construido por China, ha entrado oficialmente en servicio, según han informado este viernes los medios estatales. La solemne ceremonia de la entrega de bandera para su incorporación a la Marina tuvo lugar dos días antes en el puerto naval de Sanya (provincia insular de Hainan) y fue presidida por el líder chino, Xi Jinping, en calidad de presidente de la Comisión Militar Central (el órgano que dirige las Fuerzas Armadas).

La modernización del Ejército Popular de Liberación es uno de los objetivos a los que Xi ha dado prioridad durante sus 13 años al frente del país. Y el Fujian simboliza precisamente ese salto tecnológico y su creciente capacidad para proyectar poder militar en la región y avanzar en el objetivo de disputar a Estados Unidos el dominio naval.

Este tipo de embarcación sería clave tanto en una hipotética ofensiva contra Taiwán (la isla autogobernada democráticamente que Pekín considera parte inalienable del territorio chino) como en su función disuasoria frente a Estados Unidos en esa zona.

Se trata del primer portaaviones de diseño completamente chino ―el Liaoning y el Shandong se apoyan en tecnología soviética― y el primero equipado con catapultas electromagnéticas para el lanzamiento de aeronaves. Es un sistema con el que solamente contaba hasta ahora el portaaviones estadounidense USS Gerald R. Ford. La semana pasada, a bordo del portaaviones USS George Washington en la base naval estadounidense de Yokosuka (Japón), el presidente Donald Trump aseguró que quería abandonar esa “tecnología estúpida”, que calificó de “cara”, “poco fiable” y “difícil de reparar”, y volver al sistema de propulsión por vapor.

En comparación con las cubiertas de salto convencionales, estas catapultas permiten que los aviones despeguen con mayor frecuencia, a más velocidad, desde una distancia más corta y con una carga de combustible y municiones más pesada. Según la agencia Xinhua, la decisión de emplear este sistema fue “tomada personalmente por Xi”.

En las imágenes difundidas por la cadena de televisión CCTV aparece la tripulación formada en cubierta despidiendo al mandatario chino tras su inspección y coreando: “¡Seguimos a la dirección del Partido! ¡Así somos capaces de ganar batallas! ¡Mantenemos una conducta ejemplar!”.

Otra ventaja del Fujian respecto a sus pares chinos es que puede integrar aeronaves de ala fija y helicópteros, lo que también aumenta su capacidad operativa. Tanto el Liaoning como el Shandong han navegado cerca de Taiwán durante las maniobras militares que China ha realizado en torno a la isla en los últimos años.

En su informe de 2024 sobre la modernización militar de China, el Pentágono señalaba que el nuevo portaaviones reforzaría la capacidad de ataque del ejército chino gracias al despliegue desde su cubierta de aeronaves altamente especializadas, como aviones de guerra electrónica y aviones antisubmarinos. Desde que el Liaoning entró en servicio en 2012 la Marina ha manejado sus portaaviones con cautela, principalmente como plataforma de pruebas. Pero en los últimos años han empezado a operar más lejos, hasta el este de Japón y las proximidades de Guam.

Misiones más ambiciosas

Analistas internacionales anticipan que el Fujian marcará el inicio de misiones más ambiciosas, una opinión que comparte el experto militar Zhang Junshe. En una entrevista con el diario oficialista Global Times, Zhang afirma que la incorporación oficial del Fujian representa un “hito” y un “ejemplo concreto” de la transformación de la Marina china, que pasa “de un modelo de defensa costera a uno de defensa en aguas lejanas”.

Song Zhongping, comentarista sobre temas militares citado por el rotativo hongkonés South China Morning Post, considera, no obstante, que, a pesar de los “enormes avances”, tres grupos de combate de portaaviones “no son suficientes” para disuadir en caso de interferencia en el estrecho de Taiwán, el punto más candente de las siempre agitadas aguas del mar del Sur de China. “Los portaaviones chinos todavía presentan ciertas deficiencias en rendimiento, número y experiencia de combate, lo que dificulta hacer frente a países con capacidad real para intervenir”, defiende Song.

El Fujian comenzó sus pruebas en el mar en mayo del año pasado, dos años después de su botadura en junio de 2022. Ha tardado 40 meses en ser incorporado oficialmente al servicio de la Marina, tras pasar con éxito una serie de pruebas en el mar para comprobar la funcionalidad de su sistema de armamento, electrónico y de aeronaves embarcadas. El plazo ha sido superior al del Shandong (32 meses), pero ligeramente más corto que los 44 meses que necesitó su rival estadounidense USS Gerald R. Ford tras su botadura en noviembre de 2013.

Diversos analistas creen que el Ejército chino podría operar seis portaaviones para 2035, aunque Pekín no ha confirmado que ese sea un objetivo. Imágenes satelitales referidas por diferentes medios internacionales sugieren que el cuarto ya podría estar en construcción.

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