La suspensión de Alfredo A. Jaeggli suma cinco años y desata polémica en una institución histórica de 88 años.
El Club Centenario atraviesa un momento de fuerte controversia tras la decisión de extender por tres años más la suspensión al socio fundador Alfredo A. Jaeggli, alcanzando un total de cinco años de sanción, luego de un reclamo vinculado a 20 años de sueño y tranquilidad. La medida fue adoptada el 12 de diciembre y generó críticas dentro y fuera de la institución.
Jaeggli no es un socio común: es socio fundador, hijo de uno de los fundadores y financista histórico del club. A pesar de ello, la sanción terminó obligándolo a renunciar a un derecho que le correspondía, lo que muchos califican como una medida desproporcionada y autoritaria.
En pleno 2025, la decisión evidencia un manejo interno polémico y cuestionable, especialmente ante la falta de diálogo y el silencio de los 32 mil socios, que hasta ahora no se han pronunciado públicamente sobre el caso.
Distintos sectores advierten que el conflicto trasciende lo personal y demanda un reinicio institucional, con revisión de normas, sanciones y mecanismos de resolución de conflictos, para garantizar mayor transparencia y respeto hacia los socios históricos.
El castigo a Jaeggli no solo afecta a un socio fundador. Sacude los cimientos del Club Centenario y deja en el aire una pregunta incómoda: ¿evolución y respeto por la historia, o abuso de poder disfrazado de autoridad?
