El Senado rechazó sin objeciones el proyecto que proponía restablecer símbolos patrios utilizados durante la dictadura stronista.
El proyecto de ley que pretendía modificar los símbolos patrios vigentes y reinstaurar elementos utilizados durante la dictadura de Alfredo Stroessner fue rechazado de forma unánime por la Cámara de Senadores. La iniciativa legislativa, impulsada por el diputado Yamil Esgaib (ANR-Honor Colorado), propuso cambios al escudo nacional, introduciendo detalles propios del régimen dictatorial bajo el argumento de fomentar el patriotismo.
El texto proponía colocar una orla roja en la inscripción “República del Paraguay” y en “Paz y Justicia”, elementos característicos del diseño impuesto durante el régimen stronista. Sin embargo, el proyecto fue objetado por considerarse contrario a los principios democráticos actuales y por pretender restablecer emblemas vinculados con un periodo autoritario de la historia paraguaya.
Los senadores acompañaron el dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Defensa Nacional y Fuerza Pública, que recomendó el rechazo total del proyecto. La decisión estuvo respaldada por informes técnicos y jurídicos de instituciones clave como la Secretaría Nacional de Cultura, el Ministerio de Educación y Ciencias, la Academia Paraguaya de la Historia y el Archivo Nacional.
También se consideró que la iniciativa contraviene el artículo 139 de la Constitución Nacional, que define los símbolos patrios como el pabellón tricolor, el escudo oficial vigente y el himno nacional. Estas definiciones están vigentes desde su ratificación en el Congreso de 1942 y no admiten modificaciones sin una reforma constitucional.
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Pese al rechazo generalizado, el Ministerio de Defensa Nacional manifestó su apoyo a la propuesta, postura que generó controversia entre los sectores académicos y legislativos. No obstante, el respaldo del Ejecutivo fue insuficiente para contrarrestar la oposición mayoritaria en el Senado, que consideró la propuesta una tentativa de revisión histórica sin sustento legal.
Con la resolución del Senado, el proyecto retorna a la Cámara de Diputados, donde se originó. Ahora, los diputados deberán decidir si se ratifican en la versión inicial o si aceptan el rechazo del Senado. En caso de insistencia, se requerirá mayoría absoluta para su aprobación, lo que parece improbable ante el rechazo transversal que generó la iniciativa.
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El rechazo fue unánime, sin intervenciones a favor durante el debate en el pleno. Varios senadores coincidieron en que la modificación de los símbolos patrios debe realizarse bajo un proceso riguroso, con respaldo constitucional y amplio consenso nacional.
El senador Eduardo Nakayama (PEN) recordó que cualquier intento de modificar los símbolos nacionales debe respetar el marco constitucional y evitar regresiones históricas. Subrayó que la identidad nacional se construye sobre la base de valores democráticos y no sobre emblemas impuestos durante una dictadura.
Fuente: Última Hora