Por espionaje desde Brasil, Paraguay frenó firma del Anexo C de Itaipú. Hoy era la fecha límite, pero el conflicto sigue sin solución.



Este viernes debía firmarse el nuevo acuerdo del Anexo C del Tratado de Itaipú entre Paraguay y Brasil, según el cronograma acordado por ambos países en febrero. Sin embargo, el proceso continúa suspendido debido a un incidente diplomático que involucra un presunto caso de ciberespionaje operado desde Brasil contra autoridades paraguayas.

La firma quedó en pausa desde el 1 de abril, cuando el Gobierno Nacional decidió frenar las negociaciones tras conocerse una investigación periodística de medios brasileños que reveló que la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), durante la presidencia de Jair Bolsonaro, habría espiado a funcionarios paraguayos involucrados en la negociación de la tarifa de Itaipú.

Como respuesta, Paraguay llamó a consultas a su embajador en Brasilia, Juan Ángel Delgadillo, y exigió explicaciones formales al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, mediante una nota diplomática entregada al embajador brasileño en Asunción, José Antonio Marcondes. Hasta hoy, no se ha informado si hubo respuesta oficial de Brasil que satisfaga a Cancillería.

En la mañana de hoy, el canciller Rubén Ramírez Lezcano tiene previsto reunirse con el presidente Santiago Peña en Mburuvicha Róga. Se espera que de dicho encuentro surja alguna definición sobre el estado de las relaciones bilaterales y el futuro del acuerdo energético más importante para Paraguay.

En paralelo, desde Brasil, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, expresó su malestar ante la actitud de Paraguay, y reclamó el cumplimiento del cronograma acordado para cerrar el Anexo C. Incluso advirtió que si no se concreta la firma, la tarifa acordada de USD 19,28 por kW/mes para 2024-2026 podría revertirse al valor anterior de USD 16,19, poniendo en riesgo todo el proceso.

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La falta de avances también impacta en el regreso del embajador Delgadillo a Brasilia, que sigue pendiente. La tensión diplomática suma ya dos meses y, por el momento, no hay señales claras de resolución.

Mientras tanto, Paraguay mantiene su posición de no continuar el diálogo hasta que Brasil aclare oficialmente lo ocurrido. La revisión del Anexo C, que debía definir aspectos claves como la distribución de beneficios y la política tarifaria de la hidroeléctrica, queda así en un limbo diplomático.

Fuente: ÚH


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