El Partido Colorado promueve afiliaciones con formularios en barrios y vía web, pero exige trámites presenciales y burocráticos para salir.



Mientras las dirigencias cartistas del Partido Colorado intensifican su campaña de afiliación en todo el país, el proceso de salida del padrón colorado sigue siendo lento, presencial y cargado de requisitos. La maquinaria partidaria se despliega con agilidad para sumar nuevos nombres, pero no muestra la misma eficiencia cuando los ciudadanos quieren dejar de figurar en sus filas.

En las últimas semanas, fue común ver desfilar por la Junta de Gobierno a dirigentes oficialistas cargando biblioratos repletos de formularios de nuevas afiliaciones. El impulso es evidente: con las elecciones municipales en el horizonte, el cartismo quiere inflar el padrón colorado para afianzar su dominio territorial.

En la web de la ANR se puede ingresar a hacer el trámite de afiliación. Foto: Captura de pantalla

A la par, se promueve con entusiasmo una plataforma digital para facilitar aún más el trámite. Basta con llenar un formulario online, adjuntar la cédula escaneada, y el sistema se encarga del resto. Todo el proceso de ingreso es ágil, directo y sin demasiados filtros.

Pero ese dinamismo desaparece por completo cuando el ciudadano desea desafiliarse. Para hacerlo, se debe ir hasta la sede de la ANR, presentar una nota firmada y entregar una fotocopia de cédula. Recién después de que el Departamento de Informática valide la información, se procede a eliminar al solicitante del padrón.

Este procedimiento burocrático ha sido utilizado en múltiples ocasiones por personas que aseguran haber sido afiliadas sin su consentimiento. También lo utilizan quienes, desilusionados con la conducción del partido y su influencia en el Congreso o el Ejecutivo, deciden cortar el vínculo con la agrupación.

La asimetría entre ingresar y salir del padrón colorado genera dudas sobre la transparencia y equidad de la estructura partidaria. Mientras se proclama un trabajo titánico para “consolidar la base militante”, el sistema sigue dificultando la salida de quienes ya no se sienten representados.

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En paralelo, los mismos sectores que promueven la afiliación masiva impulsan proyectos para restringir el uso del padrón nacional por parte de futuras concertaciones opositoras, reforzando así el control partidario y la traba a la competencia electoral.

En un país donde afiliarse a un partido puede ser tan fácil como escanear un documento, pero salir requiere firmas, traslados y paciencia, la pregunta que queda flotando es: ¿se trata de una estrategia para sumar apoyo real o de inflar los números sin respetar la voluntad ciudadana?

Fuente: ÚH


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