El ataque estadounidense en Irán no solo ha destruido ampliamente las instalaciones nucleares del régimen teocrático. También ha reventado los esfuerzos diplomáticos liderados por una Europa que se ha quedado bastante sola —y visiblemente marginada— en sus intentos de no incendiar más aún Oriente Próximo mediante la búsqueda de una salida negociada al nuevo foco bélico desatado en la región.
Aunque los principales líderes europeos han redoblado este domingo sus esfuerzos y llamamientos a la vía diplomática — “La diplomacia sigue siendo la única manera de lograr la paz y la seguridad en Oriente Próximo”, ha afirmado el presidente del Consejo Europeo, António Costa— este camino parece por el momento cerrado. Algo que deja a Europa prácticamente como mero espectador de un conflicto que sin embargo amenaza con tener graves consecuencias para sus propios intereses. Irán de hecho ya está dando las primeras señales de un posible cierre del estrecho de Ormuz, clave para el comercio marítimo mundial y, también, para la energía, ya que por ahí fluye alrededor del 20% de la demanda mundial de petróleo y gas.
Con todo, la mayoría de los mandatarios europeos se han abstenido de criticar abiertamente la acción estadounidense. En un comunicado conjunto, Alemania, Reino Unido y Francia —los tres países europeos que participaron en el acuerdo nuclear con Irán en 2015— han “afirmado su apoyo a la seguridad de Israel” y han asegurado que “Irán nunca podrá tener un arma nuclear y que debe dejar de ser una amenaza para la seguridad regional”. Sin entrar a valorar los bombardeos estadounidenses, han instado a Teherán a que “entable negociaciones que conduzcan a un acuerdo que aborde todas las preocupaciones relacionadas con su programa nuclear” y le han llamado a que “no emprenda nuevas acciones que puedan desestabilizar la región”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha convocado para el miércoles un Colegio de Seguridad, un formato nuevo anunciado en marzo para que los comisarios discutan exclusivamente cuestiones relacionadas con la seguridad europea y que ya se reunió una vez, en abril. La nueva reunión “se centrará en la escalada de la situación en Oriente Próximo y sus efectos en Europa”, adelantó la alemana en las redes sociales. Bruselas no fue informada del ataque estadounidense de la madrugada del domingo, según admiten fuentes comunitarias. Este lunes, los ministros de Exteriores de la UE se reúnen en la capital belga, donde el nuevo giro peligroso en Oriente Próximo también dominará la agenda.
Más allá del desconocimiento de ese ataque en la capital europea, ni siquiera está claro hasta qué punto los aliados transatlánticos, que tienen previsto además verse con el presidente estadounidense, Donald Trump, en la cumbre de la OTAN en La Haya a partir del martes, conocían los planes de un Washington que ha mantenido la operación en el mayor secretismo posible, según confirmó el Pentágono el domingo.
El primer ministro británico, Keir Starmer, aseguró a la cadena BBC que Washington le dio un “debido aviso” antes del ataque. Pero hace solo unos días, durante la cumbre del G-7 en Canadá donde estuvo con Trump, el propio Starmer afirmaba que nada de lo que había escuchado de boca del presidente sugería que estuviese “a punto de involucrarse en el conflicto”, como ha acabado haciendo ahora. Mientras, otro de los invitados, el presidente francés, Emmanuel Macron, insinuaba que la marcha precipitada de su par estadounidense de la cita en Canadá se debía a que estaba buscando una manera de acordar un alto el fuego entre Irán e Israel, extremo desmentido rápidamente por el propio Trump, que no dudó en burlarse del mandatario francés. Macron “no se entera de nada”, dijo.
Reino Unido y Francia, junto con Alemania —el llamado grupo E3 del acuerdo nuclear con Irán— han liderado los intentos diplomáticos de Europa en los pasados días. El viernes, los ministros de Exteriores de estos tres países, junto con la alta representante de la UE, Kaja Kallas, se reunieron en Ginebra con el jefe de la diplomacia iraní, Abbas Aragchi, en busca de una solución diplomática al programa nuclear iraní y los ataques de Israel. En el comunicado conjunto emitido tras la cita, celebrada apenas 30 horas antes del ataque estadounidense, los europeos manifestaron su voluntad de abrir las negociaciones a EE UU, mientras celebraban los esfuerzos de Washington por “buscar una solución negociada” que ahora ha quedado, al menos por un tiempo, interrumpida por la acción militar de Trump.
Pese al ataque de Estados Unidos sobre Irán, todos, al igual que muchos otros responsables europeos han insistido en la necesidad de volver a la mesa de negociaciones.
“Insto a todas las partes a que den un paso atrás, vuelvan a la mesa de negociaciones y eviten una nueva escalada”, llamó el domingo la jefa de la diplomacia europea, quien esta semana ya había advertido del peligro de escalada que supondría una implicación de EE UU en el conflicto entre Israel e Irán, justo lo que ha hecho ahora Trump. “Irán no debe acceder nunca al arma nuclear, pero la estabilidad en la región solo se logrará en una mesa de negociación, con pleno respeto del Derecho Internacional”, subrayó también el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
A pesar de que un eventual ataque de respuesta iraní contra Estados Unidos podría activar potencialmente el artículo 5 de la OTAN —la cláusula de asistencia mutua cuando un aliado es atacado— si Washington lo invoca, desde la Alianza Atlántica por el momento se limitan a indicar que se está “monitorizando estrechamente la situación”. También Starmer ha pedido “no especular” con una hipótesis que aunque nadie quiere plantear abiertamente, probablemente será discutida en los próximos días, tanto en la cita en La Haya como en todas las capitales aliadas.
Antes de celebrar un consejo de seguridad de su gabinete, el líder laborista británico manifestó el domingo su apoyo al ataque estadounidense contra las instalaciones nucleares iraníes y declaró que el programa nuclear iraní supone una “grave amenaza a la seguridad internacional”. A la par sin embargo, reconocía el “riesgo de escalada” del conflicto tras el ataque estadounidense y subrayaba la urgencia de retomar el diálogo: “Es importante que ahora desescalemos la situación, estabilicemos la región y logremos que las partes vuelvan a sentarse a la mesa a negociar”, resumió.
También el canciller alemán, Friedrich Merz, que convocó a primera hora del domingo una reunión de su gabinete de seguridad, instó a Irán a “reanudar de inmediato las negociaciones con EE UU e Israel y a buscar una solución diplomática al conflicto”, según su portavoz, Stefan Kornelius. A comienzos de semana, desde el G-7, Merz había aplaudido los primeros ataques israelíes a instalaciones nucleares iraníes. “Lo que hace Israel es el trabajo sucio para todos nosotros”, declaró.
De la misma manera, Macron convocó el domingo un consejo de defensa sobre Irán, a la par que encadenó llamadas con los líderes de Arabia Saudí, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y con el propio presidente iraní, Masoud Pezeshkian, al que instó a “ejercer la máxima contención en este peligroso contexto, para permitir una vuelta a la diplomacia”. Previamente, su ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, manifestaba en una declaración la “preocupación” de Francia por el nuevo ataque estadounidense y aclaró que París “no ha participado en los ataques ni en su planificación”. “Ninguna respuesta estrictamente militar logrará los efectos deseados”, insistió Macron. “Las conversaciones diplomáticas y técnicas son el único medio de lograr que Irán no se haga con el arma nuclear y que tampoco haya una escalada en la región”, advirtió, informa Raquel Villaécija desde París.
Pero Teherán ya ha dejado claro que esa puerta no se va a reabrir de inmediato. El ministro Aragchi dijo que Irán solo regresará a la mesa de negociaciones cuando haya dado una “respuesta” al ataque estadounidense que no ha precisado. Lo que sí ha dejado claro es que todos los llamamientos que se le hacen a Irán para que retome la vía diplomática resultan “irrelevantes”, puesto que el inicio de los bombardeos israelíes sobre su territorio se produjo precisamente cuando Teherán negociaba con Washington un eventual acuerdo nuclear, y el ataque estadounidense se ha producido justo dos días después de que el jefe de la diplomacia iraní se reuniera con representantes de la UE en Suiza para tratar de hallar una salida negociada a la crisis. “¿Cómo puede volver Irán a algo que nunca abandonó, sobre todo, que no hizo saltar por los aires?”, se ha preguntado también en X.