La cumbre de este lunes en la Casa Blanca para tratar de Ucrania ha concluido con sus participantes visiblemente satisfechos —al menos en público— y con dos avances: Estados Unidos ha confirmado su disposición a contribuir a dar garantías de seguridad a Kiev en un eventual acuerdo de paz, y el presidente estadounidense, Donald Trump, ha iniciado los preparativos para una posible reunión bilateral entre los líderes de Rusia, Vladímir Putin, y Ucrania, Volodímir Zelenski. Aunque aún no está claro que el Kremlin acabe aceptando la invitación, si esta reunión llegara a celebrarse daría pie a otra cita: una trilateral entre los dos presidentes enemigos y Trump.
La satisfacción era unánime, y palpable, entre los líderes participantes en la cumbre de este lunes, después de más de cinco horas de negociaciones que, según admitió el canciller alemán, Friedrich Merz, se desarrollaron “mejor de lo esperado”. “Hemos dado tres pasos adelante y ninguno atrás”, declaró el mandatario finlandés, Alexander Stubb, en la cadena de televisión CNN.
La agenda había comenzado con una bilateral entre Trump y Zelenski, antes de dar pie a una reunión multilateral en la que estuvieron ambos y los líderes europeos que habían acompañado al ucranio a Washington: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; los jefes de Estado de Francia, Emmanuel Macron, y Finlandia, Alexander Stubb; el canciller alemán Merz; los primeros ministros del Reino Unido, Keir Starmer, e Italia, Giorgia Meloni; y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. La multilateral comenzó en la Sala Este de la Casa Blanca y concluyó en el Despacho Oval, con una interrupción para que Trump hablara por teléfono con Putin.

En declaraciones al comienzo de la reunión, Trump apuntó a una de las propuestas que plantea el presidente ruso para congelar la ofensiva militar: el “intercambio de territorios”. Putin quiere el control del Donbás (las provincias de Lugansk, en manos de las tropas rusas casi por completo, y de Donetsk, ocupada en un 70%) a cambio de congelar la línea de frente. Zelenski y Europa, sin embargo, rechazan ese plan ruso, que dejaría a Ucrania enormemente expuesta ante un hipotético nuevo ataque de Moscú en el futuro.
Según explicó Zelenski en una rueda de prensa posterior, los asuntos más espinosos para la paz, incluida la propuesta rusa, se tratarán en su bilateral con Putin, si esta se produce. Es a ellos dos a quienes corresponde ponerse de acuerdo en eso, subrayó el líder ucranio. También reveló que la cuestión de los territorios ocupó buena parte de su encuentro bilateral con Trump.
La reunión entre Zelenski y Putin tendrá lugar, si prospera, dentro de dos semanas, según precisó Merz. Zelenski se mostró dispuesto a reunirse con su enemigo “bajo cualquier formato”.

La posibilidad de ese cara a cara fue confirmada por el propio Trump en un mensaje de su red social, Truth: “A la conclusión de la multilateral, telefoneé al presidente Putin y comencé los preparativos para una reunión, en un lugar aún por determinar, entre el presidente Putin y el presidente Zelenski. Una vez que esa reunión tenga lugar, tendremos una trilateral entre los dos presidentes y yo mismo”, escribió el presidente estadounidense. Hasta el momento, Rusia se ha limitado a confirmar que Putin y Trump han discutido la idea de elevar el nivel de las negociaciones directas ruso-ucranias, informa Javier G. Cuesta.
“Es posible que para conseguirla (la reunión) se requiera de la presión de Estados Unidos”, señaló Zelenski, que puntualizó que la bilateral se celebraría sin ningún tipo de condiciones previas, ni siquiera la de un alto el fuego. “Si yo reclamo una tregua, entonces Putin reclamaría 100 cosas más”, explicó Zelenski.
El presidente ucranio llegó a la Casa Blanca vestido con un traje de chaqueta negro. Hace seis meses lo hizo con su habitual ropa militar y ese hecho desencadenó los primeros reproches de lo que luego se convirtió en una bronca pública de Trump y su vicepresidente, J. D. Vance, contra el ucranio, al que tacharon de “desagradecido”.

Sí se abordó en profundidad durante la reunión multilateral de este lunes la cuestión de las garantías de seguridad para Ucrania dentro de un eventual acuerdo de paz. Kiev y Europa las consideran indispensables para evitar una repetición de las agresiones rusas en el futuro.
“He tenido una reunión muy buena con invitados muy distinguidos”, comentó Trump al término del encuentro. “Durante la reunión abordamos garantías de seguridad para Ucrania, garantías que vendrían aportadas por los diferentes países europeos, con una coordinación con Estados Unidos”, anunció. Esa declaración es una excelente noticia para Kiev: hasta ahora, el republicano se había resistido directa e indirectamente a involucrar a su país en cualquier modalidad de garantía para proteger el territorio ucranio.
Trump ni siquiera descartó la posibilidad de desplegar tropas estadounidenses en Ucrania. Aunque no parece que sea la idea que tiene en mente. Según declaró en la cadena de televisión Fox News el secretario general de la OTAN, Estados Unidos “quiere estar involucrado” en el esfuerzo que desarrollarían una treintena de países —encabezados por Francia y el Reino Unido e incluidos Estados no europeos como Japón o Australia— para proteger a Ucrania. Pero en la multilateral de este lunes Trump no planteó enviar tropas, de acuerdo con Rutte.
Las garantías de seguridad que se manejan no contemplan, en todo caso, que Ucrania pueda convertirse en miembro de la OTAN, algo que Rusia no toleraría bajo ninguna circunstancia (el Kremlin incluye esa posibilidad en las “causas de la guerra” que considera necesario solucionar antes de firmar la paz). Pero sí serían “del tipo artículo 5” del tratado de la Alianza, que obliga a los miembros a defender a cualquier socio que resulte atacado.
El papel que asumiría Washington en este esfuerzo es “algo que se abordará en los próximos días”, dijo Rutte. También para el futuro próximo queda tratar el posible despliegue de tropas internacionales. Pero ya empiezan a emerger detalles. Según adelantó el Financial Times y confirmó el propio Zelenski, el ucranio planteó, entre otras cosas, una descomunal compra de armamento estadounidense, por valor de al menos 90.000 millones de dólares, cuyo monto vendría desembolsado por los aliados europeos. Por su parte, Estados Unidos importaría drones desde Ucrania (que durante la guerra se ha convertido en una verdadera potencia en el sector), aunque el líder ucranio matizó que el acuerdo aún no se ha formalizado.
“Las garantías de seguridad probablemente se aborden entre nuestros socios, y se irán conociendo más y más detalles. Todo esto se formalizará de alguna manera sobre el papel en los próximos siete a diez días”, declaró Zelenski.
Los europeos desembarcaban en Washington con una misión por encima de todas: asegurarse de que, tras la reunión entre Trump y Putin en Alaska el pasado viernes, el estadounidense no planeara una maniobra de pinza con el ruso para llegar a un acuerdo sobre el fin de la guerra inaceptable para Ucrania y obligara a Kiev a aceptarlo.
En sus declaraciones públicas en la multilateral, dirigentes como Merz o Macron reclamaron un alto el fuego antes de iniciar cualquier negociación, algo que Moscú nunca ha querido aceptar. También insistieron en que Ucrania no puede ceder territorio, pese a las propuestas de Putin y el aparente respaldo de Trump a esa exigencia rusa. “No se puede obligar a Ucrania a renunciar a territorios: es como si obligasen a Estados Unidos a deshacerse de Florida”, apuntó Merz.
Quizá el más escéptico en sus declaraciones fue Macron, que se declaró muy poco convencido de que Putin tenga intenciones de paz verdaderas. “No da ninguna señal de quererla… tengo grandes dudas sobre su voluntad de paz”, afirmó el presidente francés, aunque añadió, en referencia a Trump: “Él piensa que tiene a su alcance lograr un acuerdo y yo quiero creerle”. El jefe del Estado francés también subrayó la necesidad de que Europa vuelva a estar presente en la mesa de negociaciones: “Es su seguridad la que está en juego”, remarcó.
Otro asunto abordado en la ronda de contactos fue el de los niños ucranios capturados y trasladados a Rusia, y los prisioneros de guerra, planteado por Von der Leyen durante la multilateral con Trump. La presidenta de la Comisión Europea habló después de que el propio Trump publicara una carta enviada por su esposa, Melania, a Putin sobre los casos de esos menores. “Hemos abordado el problema mundial de niños desaparecidos… es un tema prioritario para mí, y el mundo colaborará para resolverlo”, afirmó Trump.
