El Gobierno polaco observa un patrón entre la explosión provocada por un dron en la madrugada del miércoles en su territorio y decenas de otros incidentes similares ocurridos en otros países de la OTAN próximos a Rusia en los últimos tiempos. “Una vez más nos enfrentamos a una provocación de la Federación de Rusia, a un dron ruso. La afrontamos en un momento crucial con las conversaciones de paz [sobre Ucrania] en curso, ha manifestado el vice primer ministro polaco y titular de Defensa, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz. Moscú, mientras, guarda silencio sobre el suceso.

La Fiscalía polaca ha confirmado que un aparato militar impactó y provocó un incendio en un campo de maíz en el este del país la noche del martes al miércoles. El vehículo no tripulado cayó cerca de la aldea de Osiny, situada entre 90 y 100 kilómetros de las fronteras de Bielorrusia y Ucrania, respectivamente, y a unos 40 kilómetros de la capital polaca.

La explosión no dejó heridos, aunque sí provocó la rotura de ventanas en algunos edificios cercanos. El mando operacional de las Fuerzas Armadas polacas aseguró antes de conocerse los primeros avances de las pesquisas que no se había registrado ninguna violación de su espacio aéreo ni desde Bielorrusia ni desde Ucrania.

El suceso ha ocurrido menos de 48 horas después de que varios líderes europeos arropasen el lunes al presidente ucranio, Volodímir Zelenski, en su crucial encuentro con el mandatario estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca. El primer ministro polaco, Donald Tusk, fue uno de los impulsores del apoyo a Kiev en la cita, aunque no acudió al encuentro.

“Diré una cosa que es cierta: Rusia nunca admitirá esto, igual que no ha admitido ninguno de los ocho incidentes ocurridos en Moldavia, los tres incidentes de Rumania, los tres de Lituania, los dos de Letonia y otro en Bulgaria”, ha enfatizado Kosiniak-Kamysz.

El ministro de Exteriores de Lituania, Kestutis Budrys, solicitó más sistemas de defensa antiaérea a la Alianza Atlántica después de que dos drones militares cruzasen a su territorio desde Bielorrusia en julio. Rumania, por su parte, halló en marzo restos de otro aparato no tripulado ruso en su borde con Moldavia.

La guerra desatada por Rusia en la vecina Ucrania supone una amenaza para sus vecinos. Polonia, que ha activado la alarma en varias ocasiones por la presencia de drones en su cielo, recuerda la muerte de dos ciudadanos en la aldea de Przewodów, situada a apenas seis kilómetros de la guerra, el 15 de noviembre de 2022. Según la investigación de la Fiscalía polaca, un misil antiaéreo ucranio se desvió por accidente sobre una granja durante un ataque masivo ruso con decenas de drones y cohetes que llegaron desde todos los frentes, incluido el espacio aéreo de la neutral Bielorrusia.

Fuentes del Ministerio de Defensa polaco citadas por la agencia PAP han declarado que el dron caído en la madrugada del miércoles podría haber sido un señuelo, y no un proyectil, debido a la escasa carga de explosivos que portaba.

Una fuente del Gobierno polaco ha declarado al medio local Rzeczpospolita que el dron podría ser una variante rusa del Shahed-136 iraní. El canal de Telegram especializado en análisis militar Voyénni Osvedomítel apunta, por las fotografías de los restos, que el aparato incluía unos silenciadores en el motor diseñados para engañar al sistema de detección por sonido ucranio Sky Fortress.

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