Mientras la ciudadanía reclama austeridad, el Senado destina millonarios salarios a operadores políticos afines a Bachi Núñez.
El presidente de la Cámara de Senadores, Basilio “Bachi” Núñez (ANR-HC), continúa consolidando una red de lealtades políticas dentro del Congreso a través de designaciones con altos salarios. Su más reciente movimiento fue la incorporación de Ricardo Bordón Barreiro, abogado y operador político cercano, como director general de Administración de Capital Humano del Senado. El cargo, oficializado el pasado 13 de agosto mediante resolución firmada por Núñez, tiene un salario mensual que ronda los G. 31 millones.
Bordón no es un desconocido en la política interna del cartismo. Es presidente del Colegio de Abogados Solidarios de Presidente Hayes y fue candidato a la Seccional N.º 431 del Barrio Golondrina. Con esta designación, se convierte en responsable de un área clave en la administración del personal del Senado, financiado íntegramente con dinero público.
Este nombramiento se suma a otros casos que evidencian un patrón. José Luis Rodríguez Robertti, dirigente juvenil colorado y actual presidente de la Comisión de la Juventud de la ANR, comenzó su carrera en Diputados con un salario de apenas G. 1.500.000. En poco más de una década, gracias a su cercanía con líderes del cartismo, ascendió hasta percibir más de G. 22 millones como director de Asuntos Políticos de la Presidencia del Senado, designación también vinculada a Núñez.
La lista incluye además a Melissa Prieto, militante activa de la seccional colorada N.º 18 de Asunción. Su trayectoria pasó de ser contratada en Diputados con G. 3.300.000 a convertirse en directora de Senado TV, con un ingreso mensual de G. 14.987.700. Su ascenso coincidió con la llegada de Núñez a la presidencia del Senado en julio de 2023.
Desde entonces, las designaciones han reforzado la idea de que el Senado se utiliza como plataforma política. Los cargos, ocupados mayormente por operadores, dirigentes juveniles y militantes de seccionales, consolidan una estructura interna de fidelidad que respalda al líder cartista.
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La situación genera críticas en un contexto en el que la ciudadanía reclama austeridad y transparencia en la gestión pública. Mientras hospitales denuncian falta de medicamentos y miles de jóvenes no logran acceder a empleos formales por mérito propio, los recursos del Congreso se destinan a sostener una estructura partidaria.
El liderazgo de Núñez dentro del cartismo parece apuntalarse en la fórmula del “pago de favores”, con cargos y sueldos elevados como garantía de apoyo político.
Fuente: ABC Color