La administración Trump anunció nuevos entendimientos comerciales con Argentina, Guatemala, Ecuador y El Salvador, dejando fuera a Paraguay. El anuncio se realizó este jueves y reconfigura el mapa de preferencias arancelarias en la región. La ausencia paraguaya destaca por el contexto político y económico que atraviesa el país.

Según la Casa Blanca, los acuerdos, difundidos en cuatro comunicados, abren mercados latinoamericanos a bienes de origen estadounidense. A cambio, los firmantes obtienen reducciones sustanciales de aranceles para exportaciones agrícolas, cárnicas y de segmentos industriales. El esquema coloca el foco en flujos comerciales de rápida ejecución.

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La exclusión paraguaya coincide con la llegada de una comitiva de congresistas a Estados Unidos en misión oficial. La delegación es encabezada por el titular del Congreso, Basilio “Bachi” Núñez, e integrada por Antonio “Tony” Barrios, Dionisio Amarilla, Patrick Kemper y Natalicio Chase. El viaje se realiza por invitación del embajador en Washington, Gustavo Leite.

El itinerario previsto abarca reuniones políticas y diplomáticas en Washington DC, Virginia, Maryland, Nueva York, Nueva Jersey y Pennsylvania. La agenda busca fortalecer el vínculo bilateral y ampliar contactos sectoriales. Un hito será el lanzamiento del Grupo de Trabajo de Alto Nivel Paraguay–EEUU, organizado por Global Americans en la embajada paraguaya.

Desde la breve gestión de Leite, el cartismo registró avances claves, entre ellos el levantamiento de sanciones de la OFAC a Horacio Cartes. Este movimiento reforzó canales de interlocución con Washington. Sin embargo, aún no se tradujo en mejoras significativas de acceso preferencial para productos paraguayos.

Gustavo Leite, embajador de Paraguay en EEUU.

Los beneficios anunciados por Estados Unidos incluyen una cuota arancelaria de 80.000 toneladas para carne bovina. En acero y aluminio, las exportaciones bajo la Sección 232 operarán con cupos y aranceles casi nulos, replicando el esquema aplicado entre 2018 y 2019, cuando el tope anual fue de 180.000 toneladas. Antes, esas partidas enfrentaban gravámenes cercanos al 50%.

El nuevo marco sitúa a los cuatro firmantes en posición comercial ventajosa. Paraguay, pese a su cercanía política con Washington, queda al margen de ese paquete. El contraste es mayor porque, durante la primera administración Trump, la carne paraguaya había accedido a tasas de importación en torno al 10%.

Tras superar el volumen libre de aranceles compartido con otros exportadores, Paraguay comenzó a tributar 26%. Ahora se suma nuevamente un 10%, encareciendo el ingreso al mercado estadounidense. El sector cárnico aguardaba que las gestiones diplomáticas permitieran revisar estas condiciones.

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El Gobierno de Santiago Peña construyó un alineamiento casi total con la agenda exterior de Estados Unidos desde el retorno de Trump. Paraguay firmó un acuerdo de “tercer país seguro”, acompañó votos con Washington y Argentina contra el cese del fuego en Gaza y se opuso a levantar el embargo a Cuba. También reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y trasladó su embajada a Jerusalén.

Además, el país declaró organizaciones terroristas a Hamas y Hezbolá y señaló al gobierno de Nicolás Maduro por su presunto rol en el Cartel de los Soles. Pese a esa sintonía, la exclusión de Paraguay del paquete arancelario reabre preguntas sobre la eficacia de su estrategia externa. La misión parlamentaria busca exhibir presencia y afianzar vínculos, pero el diferencial logrado por los países beneficiados aún no se replica en resultados comerciales para Paraguay.


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