El goteo de sucesos que jalonan la actualidad de la ofensiva lanzada por Israel sobre Irán indican que, pasados ocho días, el grado de violencia sigue en aumento y que las gestiones a nivel diplomático van siempre a la zaga de los ataques y contraataques. Detener la escalada cada vez se complica más. El Estado judío mantiene sus bombardeos sobre instalaciones del programa nuclear iraní y, en un nuevo asesinato selectivo, sigue eliminando a altos mandos del régimen. Las propuestas realizadas el viernes por varios países europeos son “poco realistas”, ha dicho un alto funcionario iraní a la agencia Reuters, agregando que no es práctico insistir en esa vía porque no va a conducir a un acuerdo.
Esta vez el asesinado ha sido Saeed Izadi, jefe del Cuerpo Palestino de la Fuerza Quds, una unidad de la Guardia Revolucionaria que coordina las actividades del cuerpo en el extranjero, según ha anunciado la Fuerza Aérea israelí. Los hechos han tenido lugar en la ciudad de Qom. Izadi estaba acusado por las autoridades israelíes de haber coordinado con Hamás el ataque que este grupo palestino lideró el 7 de octubre de 2023 y en el que fueron asesinadas unas 1.200 personas en territorio israelí. Junto a Izadi, han muerto otros dos responsables de la seguridad.
Israel realiza seguimientos de altos mandos del régimen a través de aparatos electrónicos para asesinarlos. También emplea agentes secretos o iraníes infiltrados para llevar a cabo acciones de ese tipo. Las autoridades iraníes han informado de la detención desde el 13 de junio de 22 personas acusadas de colaborar con el enemigo mediante actividades de espionaje.
Isfahán, en el centro de la República Islámica, ha sido el escenario elegido por las tropas israelíes para atacar unas instalaciones de centrifugadoras, según ha informado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la agencia nuclear de la ONU. Asimismo, la Fuerza Aérea atacó lanzaderas de misiles y drones también en Isfahán e interceptó 40 aparatos no tripulados lanzados hacia territorio israelí. Uno, sin embargo, acabó golpeando un edificio de dos plantas en el norte de Israel sin causar víctimas.
En la arena diplomática, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, ha llegado este sábado a Estambul (Turquía) para tratar de seguir avanzando en la senda negociadora y poner fin a la guerra. Unos 40 diplomáticos participan en la reunión de la Organización para la Cooperación Islámica a lo largo del fin de semana. “En esta reunión, a sugerencia de Irán, se abordará específicamente la cuestión del ataque del régimen sionista contra nuestro país”, ha declarado el ministro, según la agencia de noticias Tasnim. Araghchi ha advertido además desde la ciudad turca de que una intervención de EE UU en el conflicto sería “muy peligrosa” para todos.
Esa cita tiene lugar al día siguiente de que Europa tratara de buscar una salida y evitar la intervención de Estados Unidos en el conflicto. Los cancilleres de Alemania, Francia y el Reino Unido, y la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, se reunieron este viernes en Ginebra con Araghchi. De fondo, el anuncio del presidente de EE UU, Donald Trump, se ha dado “dos semanas” para decidir si atacar o no al régimen de Teherán.
El resultado de ese encuentro no ha sido aplaudido por la delegación del régimen de los ayatolás. “En cualquier caso, Irán revisará las propuestas europeas en Teherán y presentará sus respuestas en la próxima reunión”, declaró el funcionario a Reuters, añadiendo que el enriquecimiento cero era un callejón sin salida y que Teherán no negociaría sobre sus capacidades defensivas.
Ni Trump ni el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, han descartado acabar con el líder supremo iraní, Alí Jameneí. Este, en todo caso, ya habría elegido tres posibles sucesores mientras trata de ponerse a salvo refugiado en un búnker, según ha informado el diario estadounidense The New York Times.
Otro lugar bajo tierra sería el probable objetivo de la bomba de 13 toneladas, conocida como bomba antibúnker, que Estados Unidos tendría lista para tratar de acabar con las instalaciones nucleares iraníes de Fordow, unos 150 kilómetros al sur de Teherán, y que sería lanzada desde un avión B-2. Entre dos y cuatro bombarderos de este tipo han despegado de la base aérea Whiteman, en el Estado de Misuri, según datos de vuelo visibles y grabaciones de comunicaciones del control de tráfico aéreo estadounidense, informa el diario Haaretz.
Vida a trompicones en Tel Aviv
Mientras la contienda avanza, ha llegado el verano y, aunque la temperatura es la que toca y es fin de semana, la playa y el paseo marítimo de Tel Aviv no viven sus mejores momentos por culpa de la presión bélica. Ciclistas, corredores, paseantes… disponen de mucho más espacio del habitual. Sobre la arena, los bañistas tienen un ojo puesto en la pantalla del móvil. Permanecen atentos a las alarmas que advierten de la llegada de misiles desde Irán, que responde desde hace nueve días a la ofensiva israelí.
Suelen hacerlo de noche, como en la madrugada de este sábado, incluso algún proyectil ha impactado en el mar cerca de la costa, pero ya ha habido varios sustos a plena luz del día. En un ritual bien engrasado, algunos ciudadanos llegan al primer refugio disponible, con frecuencia el de los hoteles de primera línea, a medio vestir, en biquini o bañador, envueltos en la toalla y chorreando. Llevar una vida lo más normal posible es una de las armas que suele emplear la población cuando una contienda se va alargando en el tiempo. Saben mucho de eso los habitantes de Kiev, sacudidos desde hace más de dos años por ataques rusos.