Al ex presidente francés Nicolas Sakozy, recién salido de la cárcel hace unas semanas y que acaba de publicar un libro en el que relata su breve estancia en prisión, se le siguen acumulando los problemas judiciales. La Fiscalía Nacional Financiera (PNF, en sus siglas en francés) ha pedido este martes que se le procese por haber presionado a un testigo clave en el caso de la financiación libia de su campaña electoral de 2007, por el que fue condenado el pasado mes de septiembre a cinco años de cárcel.

La fiscalía le acusa de los delitos de asociación ilícita con fines fraudulentos y en banda organizada. Pide además que se procese también a la esposa de Sarkozy, Carla Bruni, por un delito de asociación ilícita. También está implicada Michèle Marchand, cercana al ex mandatario. Dentro de la causa sobre la financiación ilegal de la campaña que le llevó a la presidencia en 2007, en este caso el protagonista es Ziad Takieddine, el empresario francolibanés que proporcionó la información que llevó a la imputación de Sarkozy.

Takieddine, que huyó a Líbano, falleció en septiembre, justo dos días antes de que el tribunal de París condenase a Nicolas Sarkozy por haber maniobrado para obtener dinero del régimen libio de Muamar El Gadafi para financiar su campaña electoral. El Tribunal consideró probado que lo intentó, a través de sus colaboradores (entonces era ministro del Interior). Por ello fue condenado por asociación ilícita. Los jueces no lograron, sin embargo, probar que el dinero llegara finalmente a sus manos. Por eso, se le absolvió del delito de corrupción.

En su primera versión, Ziad Takieddine declaró a los jueces que él mismo entregó en persona al círculo cercano de Sarkozy cinco millones de euros en efectivo entre finales de 2006 y 2007. Después, en varias entrevistas a la prensa, se retractó de su testimonio inicial e incluso acusó al juez de instrucción de haber manipulado sus declaraciones. La Fiscalía sospecha que los tres implicados orquestaron una campaña, usando medios de presión, para exculpar al ex presidente. La llamada “operación Salvar a Sarko”. Este siempre acusó a Takieddine de manipulador.

La Fiscalía cree que el ex presidente maniobró para obtener un cambio de testimonio del principal testigo en su contra. A Carla Bruni de haber encubierto todo ello, concretamente porque era titular de una línea telefónica que, según la Fiscalía, Sarkozy usó supuestamente para hablar con Takieddine, a través de la tercera implicada.

La pareja Sarkozy-Bruni ha presentado una solicitud ante el Tribunal de Apelación de París para que se anule la petición de la Fiscalía. La decisión la tomará el juez de instrucción que se encarga del caso.

Sarkozy entró en prisión el pasado 21 de octubre, tras ser condenado por asociación ilícita en el caso de la financiación libia. Recurrió la sentencia y, tras pasar menos de un mes en prisión, se le concedió la libertad condicional y salió hace unas semanas. En su corta estancia entre rejas ha escrito un libro, Diario de un prisionero, que se publicó la semana pasada y ya ha vendido 100.000 ejemplares. El juicio de apelación se celebrará a principios de 2026.

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