El presidente de Francia, Emmanuel Macron, hará una escala altamente simbólica en Groenlandia durante su viaje a Canadá el próximo domingo para asistir al G-7. El jefe del Estado ha aceptado la invitación de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, y del primer ministro de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, y tiene previsto pasar el domingo en la isla helada —territorio autónomo de Dinamarca— para expresar la “solidaridad de Francia y de la UE” con su integridad territorial, según explican fuentes del Elíseo. Esa integridad se ve hoy amenazada con el deseo de anexión del presidente de EE UU, Donald Trump.
El pasado 28 de enero, el presidente francés recibió en París a Frederiksen en el palacio del Elíseo. Entonces, además de expresarle su solidaridad en nombre de Francia, el ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, aseguró que el país podría estudiar la posibilidad de enviar tropas a Groenlandia en caso de que fuera necesario. “Las fronteras de la Unión Europea (UE) no son negociables y si Dinamarca solicita la solidaridad de la UE, Francia responderá”.
El presidente estadounidense ha expresado de forma reiterada, desde que llegó a la Casa Blanca, su interés en incorporar Groenlandia como un territorio autónomo más de su país. La última fue a comienzos de mayo, cuando, además, renovó su amenaza de utilizar la fuerza militar. “No digo que lo vaya a hacer, pero no descarto nada”. Días antes, una delegación encabezada por su vicepresidente, J. D. Vance, se desplazó a la isla para visitar la base militar estadounidense de Pituffik, en el noroeste del territorio autónomo, para “comprobar la situación de la seguridad”. Trump alegó entonces que el viaje tenía como objetivo tratar de convencer a los groenlandeses de la necesidad de anexionar la isla ártica, parte integrante de Dinamarca, a Estados Unidos, un deseo que él ha reiterado una y otra vez que quiere hacer realidad “de un modo u otro”.
La visita de Macron, de algún modo, se sustenta en esa idea de resistencia y apoyo a Dinamarca y Groenlandia. “Las profundidades marinas no están en venta, como tampoco está en venta Groenlandia, ni la Antártida ni la alta mar”, lanzó el pasado lunes en la apertura de la conferencia de la ONU sobre los océanos en Niza. En el Elíseo creen que hay que analizarlo como un mensaje que permite recordar el apoyo a la soberanía nacional, la integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras, conforme a lo establecido por la Carta de la ONU. No hablarán en nombre de la Unión Europea, insisten. Pero expresarán una posición compartida por los socios.
Macron recorrerá varios puntos de la isla acompañado de la primera ministra de Dinamarca y del dirigente de Groenlandia. Después de ver un glaciar y una central hidroeléctrica para analizar los desafíos climáticos y de energía, el viaje concluirá de forma simbólica a bordo de una fragata militar danesa portahelicópteros “con el fin de destacar los desafíos específicos relacionados con la seguridad en el Ártico”. A bordo mantendrán una charla el presidente francés, la primera ministra danesa y el primer ministro de Groenlandia.
La gobernante de Dinamarca agradeció esta semana la visita de Macron. “Ha sido alentador experimentar el gran apoyo internacional a Groenlandia y al Reino [de Dinamarca] en la difícil situación de política exterior de los últimos meses”, declaró Frederiksen, en alusión al interés manifestado por el presidente estadounidense Donald Trump por anexionar la isla a EE UU. “La visita del presidente Macron es otra demostración concreta más de unidad europea”, agregó.
Hace un mes que el Gobierno danés convocó al embajador estadounidense para pedir explicaciones sobre las noticias de que Washington pretende aumentar el espionaje sobre el territorio autónomo para identificar a personas que pudiesen apoyar las citadas aspiraciones anexionistas.
El segundo punto que abordará Macron, más allá de las cuestiones relativas al cambio climático, es el de una ampliación de los acuerdos comerciales. Groenlandia mantiene una asociación con la Unión Europea, pero ha habido diferentes esquemas jurídicos de asociación, y actualmente forma parte de los países y territorios europeos de ultramar. El Elíseo cree que esta visita será también una ocasión para debatir sobre cuál es la mejor arquitectura de cooperación, el mejor estatus posible o el mejor modelo de relación entre la UE y Groenlandia.