Sin dar tregua, Israel mantiene la ofensiva sobre Irán emprendida hace dos días, al tiempo que lleva a cabo bombardeos sobre Yemen. Irán, por su parte, ha respondido por segunda noche consecutiva y uno de sus misiles ha causado la muerte a una mujer en el norte de Israel. Según el diario Haaretz, en total los proyectiles iraníes han matado a cinco personas.
Fuentes locales iraníes informan asimismo de explosiones en el depósito de petróleo de Shahran, en Teherán. Los estallidos en esas instalaciones son constantes y pueden convertirse en un peligro para los vecinos de la zona, advierte una fuente gubernamental al diario The New York Times.
Por primera vez en este ataque –ya había alcanzado por la mañana una refinería de gas– Israel golpea intereses energéticos de la República Islámica. Estos objetivos se unen a los militares, los nucleares y a los asesinatos selectivos de altos mandos de las Fuerzas de Seguridad y de científicos del programa nuclear.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, se encuentra en la madrugada del domingo reunido junto a su gabinete de seguridad siguiendo en directo los acontecimientos. El jefe de las fuerzas aéreas israelíes reconoce que el objetivo en Yemen es un alto mando de la guerrilla hutí, apoyada por el régimen iraní.
De forma paralela, Irán ha atacado al Estado judío y, por segunda noche consecutiva, ha vuelto a golpear con sus misiles balísticos zonas habitadas. En este caso en la localidad de Tamra, cerca de la ciudad de Haifa, en el norte del país. Es allí donde el número de muertos se elevó a cinco y los heridos son docenas.
A las once de la noche, hora local (las diez de la noche en la España peninsular) han saltado las alarmas en los teléfonos móviles de Israel pidiendo a la población que se pusiera a cubierto. En apenas unos minutos han empezado a verse las trazadas de luces que dejan en el cielo de Tel Aviv los sistemas de defensa antiaérea de Israel. Se han escuchado algunas explosiones desde la posición en esta ciudad del enviado especial de EL PAÍS, aunque, por el momento, no se ha informado de impactos. Aproximadamente tres horas y media después, desde el mismo lugar se ha observado una segunda oleada, que ha durado cerca de 10 minutos, con lanzamientos sostenidos de proyectiles.
En medio de la creciente tensión, países vecinos como Jordania y Siria han cerrado sus espacios aéreos. Las calles de Tel Aviv, donde este fin de semana debería estar celebrándose la fiesta del orgullo -suspendida por el estado de emergencia- aparecen medio desiertas.