El cambio marca el inicio de una nueva etapa para el mercado de capitales paraguayo, que dejará atrás un funcionamiento basado en esquemas locales para adoptar una infraestructura compatible con las principales plazas financieras globales.
Según explicó César Paredes, director de CAVAPY, la reestructuración apunta a homologar la operatoria nacional con las reglas que rigen en los mercados desarrollados, eliminando barreras normativas que hasta ahora limitaban el acceso de grandes capitales externos.
Hasta la fecha, la Bolsa de Valores concentraba la negociación así como la custodia de los títulos. Este modelo integrado, señalaron desde la entidad, resultaba incompatible con los criterios exigidos por los inversores institucionales internacionales, que demandan independencia entre el que intermedia las operaciones y el que resguarda los activos.
Cómo funcionará el nuevo modelo
Marcelo Prono, gerente general de CAVAPY, detalló que, desde enero de 2026, el mercado paraguayo adoptará una división clara de roles.
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La Bolsa de Valores se enfocará exclusivamente en la negociación (trading), utilizando tecnología empleada en mercados internacionales, mientras que la Caja de Valores asumirá la custodia, el registro y la liquidación de las operaciones mediante el sistema global Montran.
Para blindar la confiabilidad de este nuevo ecosistema digital, la entidad destacó que su infraestructura opera bajo certificaciones internacionales de rigor.
El sistema cuenta con la norma ISO 27001, que garantiza los máximos estándares en seguridad de la información, y la ISO 9001, que avala la calidad de los procesos de gestión, sumando una capa adicional de respaldo técnico a la operación.
La separación permitirá establecer conexiones con custodios internacionales, facilitando la integración del mercado local a los circuitos financieros globales.

Durante la presentación mencionaron el trabajo en curso para articular enlaces con entidades, como Euroclear y Clearstream, hecho que abriría el acceso tanto a inversores extranjeros interesados en activos paraguayos, como a operadores locales que busquen diversificar sus inversiones en el exterior.
Uno de los cambios centrales en materia de seguridad será la canalización de los flujos financieros. De forma progresiva, durante el primer semestre de 2026, la liquidación de las operaciones pasará a realizarse a través del sistema de Liquidación Bruta en Tiempo Real (LBTR) del Banco Central del Paraguay.
Este mecanismo reduce los riesgos asociados a la intermediación de bancos comerciales y garantiza que los fondos se liquiden en cuentas matrices de máxima seguridad.
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Mayor transparencia y control para los inversores
Como parte del nuevo esquema, CAVAPY presentó un portal digital de autogestión dirigido a los inversores.
La herramienta permitirá a cada usuario acceder, desde un único perfil, a la totalidad de sus títulos, incluso a aquellos administrados a través de distintas casas de bolsa, así como descargar reportes y verificar de manera directa la tenencia de sus inversiones.
Desde la entidad indicaron que esta centralización de la información aportará mayor trazabilidad y transparencia al sistema, al tiempo de fortalecer la confianza de los participantes del mercado.
Expectativas de crecimiento

Para la directiva de la Caja de Valores, la implementación de la nueva plataforma tecnológica es un punto de inflexión en el desarrollo del mercado de capitales.
Desde la entidad describen el cambio como el paso de un mercado con restricciones operativas a uno plenamente habilitado para recibir inversión institucional, tanto local como extranjera.
Actualmente, el mercado de capitales paraguayo custodia instrumentos bursátiles por un valor aproximado de USD 2.600 millones, mientras que la Caja de Valores del Paraguay administra en forma directa alrededor de USD 800 millones en activos.
Con tasas históricas de crecimiento, que oscilan entre el 30% y el 40% anual, la proyección es cerrar 2026 con un incremento cercano al 50% tanto en volumen de activos como en cantidad de inversores.
A mediano plazo, la expectativa es aún más ambiciosa: alcanzar alrededor de USD 7.000 millones en instrumentos custodiados en un plazo de cinco años. Además del aumento de volumen, la modernización tecnológica permitirá reducir significativamente los tiempos de desarrollo de nuevos productos financieros.
Mientras que actualmente la introducción de instrumentos enfrenta demoras operativas, el nuevo sistema habilitaría lanzamientos en plazos cercanos a los tres meses, aportando mayor dinamismo al mercado a partir de 2026.
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