PILAR. Productores del departamento de Ñeembucú temen perder sus cultivos a consecuencia de las intensas lluvias. Denunciaron anegamiento de pasturas, mientras los ríos Paraguay y Paraná continúan en bajante.
Las intensas lluvias registradas en los últimos días agravaron la situación en el campo, especialmente en el duodécimo departamento, donde en algunas zonas las precipitaciones superaron los 180 milímetros, precisamente en Isla Sola, distrito de Villalbín.
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Los productores agrícolas y ganaderos manifestaron su preocupación ante la creciente acumulación de agua que ya afecta los cultivos y las pasturas. Las aguas inundaron grandes extensiones destinadas al ganado e incluso ponen en riesgo los cultivos de la época, como la sandía, actualmente en plena floración.
A pesar de las lluvias, los ríos Paraguay y Paraná mantienen niveles bajos, lo que genera una paradoja que inquieta a los especialistas.
El especialista en medio ambiente, ingeniero Jorge Ocampos, explicó que el caso del río Paraná responde al control del caudal por las numerosas represas existentes a lo largo de su recorrido, mientras que el río Paraguay depende casi exclusivamente de las lluvias en la cuenca alta, especialmente en el Mato Grosso.
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“El río Paraguay no tiene represas, por eso su comportamiento es más variable. Actualmente llueve mucho en la cuenca alta, y esas aguas tardan entre dos y tres meses en llegar a su confluencia con el Paraná. Sin embargo, el mal manejo del agua en zonas como Yabebyry (Misiones) está provocando inundaciones localizadas que causan desastres en el camino y esas aguas no llegan al río Paraguay”, señaló.
Jorge Ocampos aclaró además que muchos atribuyen los fenómenos actuales exclusivamente a El Niño o La Niña, pero existen otros factores que inciden en el comportamiento climático, incluyendo la influencia del océano Atlántico.
Productores agrícolas afirmaron que, hasta ahora, los suelos logran absorber la humedad, pero advirtieron que nuevas lluvias podrían afectar cultivos como cebolla, papa, mandioca y maíz.
En tanto, el sector ganadero atraviesa una situación crítica, ya que muchos animales no tienen dónde resguardarse por la inundación de los campos, principalmente en la zona de Laureles y Cerrito.
El pequeño productor de la zona de Laureles, Mario Villamayor, aseguró que incluso el ganado ya comenzó a morir.