China se ha convertido estos últimos días en un hervidero geopolítico. A menos de 24 horas del gigantesco desfile militar en la plaza de Tiananmén con motivo del 80º aniversario de la rendición de Japón en la Segunda guerra sino-japonesa (1937-1945) y el final de la II Guerra Mundial, el presidente chino, Xi Jinping, ha celebrado este martes una reunión con su homólogo ruso, Vladímir Putin. El encuentro, a puerta cerrada, ha continuado con una charla informal en torno a una mesa de té en la residencia privada del líder chino en Pekín. Por la tarde ha llegado a la capital china el líder norcoreano, Kim Jong-un, otro de los invitados de excepción a la conmemoración.

La cercanía de Xi y Putin es palpable y creciente en cada encuentro. Superan ya los 40 cara a cara, y se llaman el uno al otro “viejo amigo”. Con Pekín convertido en el principal sostén de su economía, atravesada por la guerra en Ucrania, este viaje del mandatario ruso ―que arrancó el domingo cuando aterrizó en la ciudad de Tianjin para asistir a una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)― se ha saldado con el anuncio, por parte del gigante estatal Gazprom, de un acuerdo para construir el gasoducto Power of Siberia 2 hacia China a través de Mongolia, así como con un acuerdo de ampliar los suministros por otras dos rutas.

Reunión bilateral entre el presidente chino, Xi Jinping y el presidente ruso Vladímir Putin, en Pekín este martes.

El pacto, rubricado después de años de titubeos y demoras, supone un nuevo paso en la ya de por sí estrecha alianza energética entre Rusia y China. Prevé el envío de hasta 50.000 millones de metros cúbicos (50 bcm, en el argot energético) de gas al año durante las tres próximas décadas, según han informado las agencias rusas de noticias y recoge Bloomberg. Pekín obtendrá un precio inferior al que Gazprom cobra hoy a sus clientes en Europa.

“Las relaciones entre China y Rusia han resistido la prueba de los vaivenes internacionales”, ha señalado Xi durante el encuentro, según la lectura oficial recogida por la agencia china Xinhua. El mandatario también ha animado a ambas partes a “impulsar proyectos de gran envergadura” y elevar su “sintonía estratégica”.

La nota oficial no hace referencia expresa al acuerdo de suministro gasista, aunque sí a la firma de 20 documentos “de cooperación bilateral” en ámbitos que van de la energía a la exploración espacial, campo en el que ya colaboran de manera estrecha para, por ejemplo, establecer una base permanente en la Luna.

Xi Jinping junto a Vladímir Putin, este martes en Pekín.

La proximidad de Pekín a Moscú ha sido, desde el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, en 2022, uno de los grandes puntos de fricción en las relaciones del gigante asiático con Occidente. La batalla en suelo europeo ―que China nunca ha condenado, y a la que ni siquiera denomina “guerra”― no ha sido mencionada en la lectura oficial de la reunión de este martes en Pekín, en la que solo hay una referencia genérica a que trataron asuntos internacionales y regionales de interés común.

Putin sí se explayó en la víspera, durante la cumbre de la OCS, donde agradeció los “esfuerzos” y las “propuestas” de China y la India encaminados a “facilitar la resolución de la crisis ucrania”, y aseguró: “Este conflicto no surgió como resultado de un ‘ataque de Rusia contra Ucrania’, sino como consecuencia de un golpe de Estado en Ucrania instigado por Occidente en 2014”, según recogía la agencia estatal rusa Tass. El Kremlin tomó la decisión de invadir el país vecino en febrero de 2022, iniciando así una guerra aún en marcha y de final incierto.

Acercamiento con Corea del Norte

Por su parte, el norcoreano Kim, ha llegado a Pekín por la tarde en un convoy ferroviario (su habitual modo de transporte). Es su primer viaje a la capital china desde 2019 con la intención de restablecer los lazos con el que ha sido su principal aliado económico y diplomático durante años. Y podrá verse también con el mandatario ruso, con quien ha mostrado una creciente afinidad en los últimos años. Su sintonía se materializó en 2024 con la firma de un pacto de defensa mutua entre Rusia y Corea del Norte en caso de agresión, y la participación directa de soldados norcoreanos en la guerra de Ucrania.

El líder norcoreano, Kim Jong-un, a su llegada a la estación de Pekín (CHina), este martes.

Aunque China es el principal aliado estratégico de Corea del Norte, las relaciones entre Pekín y Pyongyang se habían enfriado en los últimos años, por lo que se espera que la visita sirva de acercamiento entre los dos vecinos, que comparten casi 1.400 kilómetros de frontera terrestre.

En el desfile no se esperan dirigentes occidentales, con la excepción del primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, uno de los puntales de Putin en la UE. Al evento tienen previsto acudir 26 jefes de Estado y de Gobierno, entre los que destacan, además de Putin y Kim, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko; el de Irán, Masoud Pezeshkian; el de Indonesia, Prabowo Subianto; y el líder de la junta militar de Myanmar, Min Aung Hlaing.

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