El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este miércoles por la noche (hora de Washington, madrugada en Londres, donde se halla en una visita de Estado) que designará como una “organización terrorista” a Antifa, denominación que sirve para definir a una constelación amorfa de organizaciones de extrema izquierda con tenues vínculos entre sí.

Trump hizo su anuncio donde acostumbra, en su propia red social, Truth: “Me complace informar a nuestros numerosos patriotas estadounidenses que designo a ANTIFA, UN DESASTRE ENFERMO, PELIGROSO Y DE IZQUIERDA RADICAL, COMO UNA GRAN ORGANIZACIÓN TERRORISTA”, escribió. “También recomendaré encarecidamente que quienes financian a ANTIFA sean investigados a fondo de acuerdo con los más altos estándares y prácticas legales”.

Hace una semana del asesinato del líder juvenil MAGA y aliado de Trump Charlie Kirk. Y Trump lleva desde entonces culpando de este a la “izquierda radical” y amenazando con tomar medidas contra grupos progresistas estadounidenses. Lo que se sabe hasta ahora del principal sospechoso, Tyler Robinson, es que proviene de un hogar conservador de Utah y que, según su madre, se “politizó” en el último año, y adoptó posturas “izquierdistas”. El director del FBI, Kash Patel, dijo ante el Senado este martes que la agencia está buscando posibles vínculos del sospechoso con organizaciones “radicales” del Estado del Oeste de Estados Unidos, pero estas no se han confirmado.

Dado que Antifa carece de líder o de estructura organizada, no estuvo inmediatamente claro cómo piensa Trump sustanciar su amenaza. Aunque la policía asegura que algunos activistas antifascistas están altamente organizados en células a nivel local, es imposible saber cuál es el número de miembros, ni siquiera definir cuándo alguien merece tal nombre.

Además, al tratarse de un grupo que actúa en Estados Unidos, más intensamente desde una manifestación neonazi en Charlottesville (Virginia) en 2017, Antifa no puede ingresar en la lista de organizaciones terroristas extranjeras del Departamento de Estado. A esa lista pertenecen “enemigos” de Estados Unidos como el Estado Islámico, Al Qaeda o, desde febrero, la banda criminal venezolana Tren de Aragua. Esa designación permite al Departamento de Justicia procesar a quienes brindan apoyo material a las entidades incluidas la lista.

Trump también planteó a principios de esta semana la posibilidad de revocar la exención de impuestos para las organizaciones liberales sin fines de lucro. Antes de eso, su vicepresidente, J. D. Vance, señaló al millonario George Soros y a la Ford Foundation.

“Antifa es terrible. Pero hay otros grupos [también]”, declaró Trump en el Despacho Oval. “Tenemos algunos grupos bastante radicales, y se salieron con la suya”, añadió sin citar pruebas ni dar más detalles.

El miércoles por la noche, el senador Bill Cassidy, republicano de Luisiana, elogió el anuncio de Trump: “Antifa se aprovechó de las quejas legítimas [de parte de la ciudadanía] para promover la violencia y la anarquía, actuando en contra de la justicia. El presidente tiene razón al reconocer el papel destructivo de Antifa al designarlos como terroristas nacionales”. En julio de 2019, Cassidy y el senador Ted Cruz, republicano por Texas, presentaron una resolución en el Senado para condenar los actos violentos de antifa y designarla como grupo terrorista.

El anterior director del FBI de Trump, Christopher Wray, declaró ese año que antifa es una ideología, no una organización, y que carece de la estructura jerárquica que normalmente permitiría que el Gobierno federal la designara como grupo terrorista.

El presidente de Estados Unidos ya amenazó con la adscripción terrorista de Antifa. Fue el 31 de mayo de 2020, seis días después del asesinato a manos de un policía blanco de Mineápolis del afroamericano George Floyd, que desató una ola de protestas antirracistas por todo el país en plena pandemia. Entonces, su amago ya recibió críticas por su inconcreción. En su segunda presidencia, ha demostrado sobradamente una resolución mayor para llevar a cabo su agenda y consumar sus amenazas.


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